jueves, 10 de octubre de 2013

La hidratación en el deporte




La hidratación forma parte del entrenamiento de un deportista. Los calambres, agotamientos, dificultades de movimiento y golpes de calor comienzan cuando un deportista no se ajusta gradualmente al clima caluroso, no se hidrata como corresponde a la actividad o posee una relativa deshidratación antes de iniciar la práctica deportiva.
Hidrátate siempre antes, durante y después de la actividad. Cuando nos deshidratamos, nuestro rendimiento deportivo empieza a decaer y, si la deshidratación continúa, podemos llegar a sufrir una descompensación. Cuando hacemos deporte quemamos mucha energía. Esta energía le da poder a los músculos y el trabajo que el músculo realiza es liberado en forma de calor. El agua en nuestro cuerpo no deja que éste se caliente. El sudor y la evaporación del mismo en nuestra piel enfría nuestro cuerpo. Entonces en el proceso de enfriamiento perdemos agua. Si el agua no se repone puede ser muy peligroso, porque el cuerpo se calienta. Perdiendo solamente el 2% del agua en el cuerpo aparece una merma en el rendimiento.
No esperes a tener sed para hidratarte, porque será demasiado tarde. La sed es un mecanismo esencial de regulación del contenido de agua en el cuerpo y uno de los primeros síntomas de deshidratación. Si la sed aparece cuando estamos realizando ejercicio, podríamos decir, que es el momento de poder revertir la deshidratación. Por eso, no esperes a tener sed para beber. Bebe más de lo que creas que vas a necesitar para la práctica deportiva, para asegurarse de estar completamente hidratado.


Bebidas deportivas. Estas bebidas se diseñaron con un objetivo concreto: satisfacer con un único producto parte de las necesidades de energía, líquidos y electrolitos que los deportistas pierden en la actividad.
Contienen azúcares y electrolitos en la misma presión osmótica que la sangre (330 miliosmoles/litro). Cuando dos soluciones tienen la misma presión osmótica se dice que son isosmóticos o isotónicos. Por esta razón, el líquido sale del estómago, pasa al intestino donde es absorbido y de ahí va al torrente sanguíneo sin dificultad, lo que favorece la rápida y óptima asimilación de sus elementos.
Si el ejercicio es intenso y el ambiente es caluroso, las bebidas isotónicas ayudan a reponer líquidos, electrolitos (sodio y cloro, principalmente) y energía (glucosa). Además retrasan la fatiga, evitan lesiones (calambres), mejoran el rendimiento y aceleran la recuperación.
En deportes de larga duración e intensidad media/alta se aconsejan las preparaciones que contengan polímeros de glucosa (maltodextrinas), no solo glucosa o fructosa, por su aptitud para asegurar un suministro de energía suficiente sin riesgo de trastornos digestivos.
Fuente: gym19

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